¿Igualdad o equidad? ¿Qué buscamos?

Mucho se habla de la igualdad pero ¿sabemos realmente que buscamos?

Cada vez que alguien me dice “es que tenemos que ser iguales” o “yo estoy a favor de la igualdad de género” o “somos todos iguales”, mi reacción es llevarme las manos a la cabeza y decir un rotundo ¡NO! ¡Qué tristeza! Yo no estoy a favor de esa igualdad. Yo estoy a favor de que sigamos siendo todos diferentes, cada uno con sus fortalezas y debilidades, cada uno con sus locuras y corduras, cada uno con sus características que nos hacen únicos e irrepetibles. No quiero moldes.

Con lo que SI estoy a favor es con la “justicia natural”, que es como define la RAE a la palabra equidad. Equidad para acceder al conocimiento, a los puestos de trabajo, equidad en las oportunidades.

Esto queda muy bien reflejado en el idioma inglés, con la diferencia entre equality and equity, donde equality assumes we are all the same, mientras que equity acknowledges that everyone has different starting points and society must account for this. Sobre todo, esta última parte me parece extraordinaria: que la sociedad deba tener en cuenta que todos partimos de la diferencia para garantizar la misma accesibilidad. Y así, la sociedad. Todos y cada uno de nosotros.

Y ahora os hago la misma pregunta: ¿qué buscamos en nuestra sociedad? Y para llevarla a un plano más concreto, ¿qué buscamos en nuestras familias, con nuestros hijos?

Todos habréis visto el típico dibujo de aquél que dice que el examen consiste en trepar un árbol y entre los aspirantes se encuentran un mono, un elefante, un pez… ¿Hay igualdad? Desde luego no. ¿Hay equidad? Menos que menos.

Y ahora os pongo otro dibujo también conocido por todos seguramente. El de dos niños queriendo coger manzanas de un árbol. Donde cada niño tiene una escalera según su altura ¿Hay igualdad? Desde luego no. ¿Hay equidad? Por supuesto.

Este artículo se sale un poco de lo que suelo escribir. Y desde luego está muy lejos de querer meterme en polémica o política, pero es que hoy no quería dejar pasar el momento de plantar esa “semillita lingüística” y que comencemos a hablar con propiedad para entendernos todos.

Y lo más importante, que comencemos a pensarnos y reflexionarnos para decidir hacia donde queremos ir y que sociedad queremos construir.

TODOS SOMOS ÚNICOS E IRREPETIBLES. POR ENDE NO SOMOS IGUALES

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